
Pero tampoco hay que ser muy ducho para enterarse de que con X cantidad de X moneda, ahora puedo comprar prácticamente la mitad o dos tercios de lo que compraba hace 3 años. Pero los gobiernos insisten en que todo va de maravillas, que las economías crecen y seguirán creciendo, a menor ritmo, pero mejor. Las cifras de endeudamiento por familia, tanto en Chile como en España y como en muchos otros sitios, es titánica: gastamos lo que no tenemos y vamos pidiendo créditos para pagar otros. ¡Vamos! Que es como tapar el sol con un dedo: ¡IMPOSIBLE!
Nuestros mandatarios y sus equipos tienen una ardua tarea: enfrentar la inminente crisis de la mejor forma. La labor no es fácil, pero alguien tiene que ponerse a ello. Por el momento, lo recomendable es gastar lo justo, optimizar recursos y encomendarse a quien quiera para que el efecto dominó no arrase con todos. Y dejarse de boludeces: que la culpa no la tiene sólo la inestabilidad internacional y el alza del precio del petróleo. Que aquí la responsabilidad es compartida.
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