sábado, 4 de abril de 2009

20minutos.es (Varios talibanes golpean a una menor en Pakistán... por tener novio)

Para que luego digan que los fanatismos no son malos. Los excesos cometidos por la Fe son imperdonables y no creo que ni Dios, Alá, Buda o quien esté a la cabeza los aceptaría. Todas estas leyes absurdas las han escrito los hombres (el género humano) para controlar, oprimir y tener un poder por sobre los demás.

Todas ellas nacen de la equivocación, del egoísmo, de la inseguridad y de la verdadera falta de caridad y aprecio por el prójimo, por nuestros iguales. Y más aún, cuando se trata de una simple manifestación del amor, la base de las relaciones humanas. ¿Es tan grave querer a alguien?

Ya tienen bastante las mujeres de lugares como éstos con cargar todo el día con un burka, y ver la vida tras una celda portátil. Y si a eso le sumamos la violencia psicológica y física, no estamos muy lejos de la brutalidad de los campos de concentración o de las grandes masacres de la historia. Lo lamentable, es que apenas hay quien les defienda.

Este es el resultado de la ceguera humana. Y no culpo sólo a los radicales islámicos, sino a los fanáticos católicos, a los devotos evangélicos, a los ultras protestantes y a todos quienes se escudan en palabras ajustadas a la conveniencia de cada época y que, estoy casi seguro, no tienen mucho que ver con sus orígenes.

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